jueves, 24 de abril de 2014

BASÍLICA CASA HERRERA


En 2006 los socios del Programa Mecenas decidieron emplear las aportaciones realizadas aquel año en la puesta en valor y adecuación a la visita de la Basílica Casa Herrera, monumento que será visitado el próximo domingo por los Mecenas que participen en la ruta senderista y misa Domenica in Albis que se ha preparado en el marco de las actividades de este programa.

Las actuaciones realizadas en 2006 consistieron en intervención arqueológica, adecuación del espacio (cerramiento, acondicionamiento del entorno inmediato, accesos, señalética, etc.), trabajos de consolidación y restauración para garantizar la conservación de los restos arqueológicos y adecuación museográfica para la visita (recorridos, papelería interpretativa, recursos museográficos, reintegraciones, etc.).


La basílica de Casa Herrera es uno de los muchos edificios religiosos con los que hubo contar la antigua Emerita en su medio rural. La proliferación de villae en su contorno y la consiguiente dispersión de la población por el campo, haría necesaria, durante los primeros siglos del cristianismo, la adecuación de espacios apropiados para la práctica de la nueva doctrina. Según el Libro de las Vidas de los Santos Padres de Mérida, escrito a mediados del siglo VII, por Paulo, diácono de la iglesia emeritense, fue importante la proliferación de centros de culto cristiano tanto en la ciudad como en sus alrededores ya que Mérida, con su potente sede arzobispal, se configuró en uno de los principales focos de irradiación de la religión cristiana.


La basílica de Casa Herrera, ubicada a unos 7 kilómetros al norte de Mérida, fue descubierta en 1943 por Serra Rafols bajo cuya dirección se practicó una primera excavación. Años después, en 1971 y 1972 se aborda un completo estudio del edificio por parte de T. Ulbert y L. Caballero durante el que se realizan nuevas excavaciones.


Según la documentación arqueológica, la basílica se construyó en torno al año 500. Como característica principal destacan sus ábsides enfrentados, uno en su cabecera y otro en sus pies que la ponen en relación con un tipo de basílica muy extendido por el norte de África. Posee tres naves separadas entre sí por dos filas de seis columnas. Los accesos principales al templo se abrían en sus muros laterales. Aunque al parecer ya poseía baptisterio desde sus orígenes, una reforma posterior la dota de un nuevo baptisterio con varias piscinas bautismales. En las excavaciones se pudieron recuperar numerosos fragmentos decorativos -cruces de rueda- y estructurales de mármol -cimacios, fustes, basas y capiteles-. Así mismo, se localizaron inscripciones sepulcrales, sarcófagos... Por su riqueza decorativa y la superficie de su planta debió de ser un gran centro religioso que atendía a una población numerosa diseminada por el campo.

 
El edificio seguía en uso durante el periodo de dominación islámica según manifiestan las inscripciones que se conservan en algunos de los fustes de sus columnas, si bien no se puede afirmar que dicho uso fuera religioso.

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